Director Ejecutivo (s) de AGCID expuso en panel de expertos, en evento paralelo al Foro Político de Alto Nivel de la ONU.
Santiago, 13 de julio de 2022.- En evento paralelo al Foro Político de Alto Nivel de las Naciones Unidas, expertas y expertos dialogaron sobre los alcances del concepto de “Desarrollo en Transición”, y destacaron su importancia para la cooperación internacional para el desarrollo en América Latina y el Caribe, así como también para la implementación de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El seminario virtual fue organizado por Chile y Uruguay, en conjunto con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y contó con la participación de Paula Narváez, Representante Permanente de Chile ante la ONU; Enrique O’Farrill, Director Ejecutivo (s) de la AGCID AGCID); Luis Felipe López-Calva, Director Regional PNUD para América Latina y el Caribe; Carlos Amorín, Representante Permanente de Uruguay ante la ONU y Mariano Berro, Director de la Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional (AUCI); junto con Ragnheidur Elín Arnadottir, Directora del Centro de Desarrollo de la OCDE; José Luis Samaniego, en representación de CEPAL y Jorge de la Caballería, de la Comisión de la Unión Europea.
En la oportunidad, el Director Ejecutivo (s) de AGCID, destacó que “el desarrollo en transición es un marco de análisis que propone restablecer el carácter multidimensional de las necesidades del desarrollo para la implementación de la Agenda 2030 y sus ODS, por tanto, es aplicable a todos los países, independientemente de su nivel de ingreso. En ese sentido, señaló que se requiere alcanzar un consenso regional sobre la Cooperación Internacional, que permita a América Latina y el Caribe hablar con una sola voz en el sistema internacional. “Uno de los ámbitos más propicios para avanzar en la integración regional, es el de la Cooperación Internacional para el Desarrollo; tenemos el deber de pasar a la acción”, acotó.
Por otro lado, el titular de AGCID destacó el rol que ha jugado Chile desde que fue graduado en 2017, por el Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE (CAD), que nos dejó sin la opción de acceder a cooperación técnica y financiera (incluyendo acceso a créditos en condiciones ventajosas), así como a una reducción de oportunidades de formación de capital humano. Nuestro país considera que este criterio de medición del desarrollo es limitado pues solo considera un indicador y es contradictorio con la Agenda 2030. Desde entonces, Chile ha focalizado gran parte de sus esfuerzos internacionales en impulsar el debate sobre el concepto “Desarrollo en Transición”, logrando incorporar a la Unión Europea, España, Portugal, Japón, además de CEPAL, PNUD, el Centro de Desarrollo de la OCDE y la mayoría de los países de nuestra región, muchos de los cuales serán graduados antes de 2030. En este contexto “Nuestra agencia en colaboración con PNUD Chile, elaboró y publicó el documento ‘Primer Análisis de Impacto de la Graduación de Chile’, que fue presentado en el Comité de Ayuda al Desarrollo en 2017, explicó.
En sus diversas reflexiones, los expertos y expertas coincidieron en que el concepto “Desarrollo en Transición” busca enfocar el desarrollo como un proceso complejo, gradual e ininterrumpido que no termina cuando los países alcanzan un determinado nivel de ingreso, sino un proceso continuo hasta que los logros sean sostenibles. La cooperación internacional debe adaptarse a esta complejidad y centrarse en promover incentivos para impulsar procesos de transformación que contribuyan a superar los bloqueadores del desarrollo.
El Desarrollo en Transición es la condición en la que se encuentran países que se mueven o transitan de un nivel de ingreso a otro y se enfrentan a grandes oportunidades, pero también a enormes desafíos de desarrollo. Evidencia la necesidad de buscar mecanismos, instrumentos y modalidades de cooperación internacional, para países que alcanzan niveles más altos de ingresos pero que presentan fuertes vulnerabilidades, tales como: persistente pobreza, cambio climático, desastres naturales o acceso desigual a la educación y la salud, entre otros. Se trata principalmente de asistencia técnica o formación de capital humano, es decir, instrumentos que no significan una disminución o desvío importante de los recursos focalizados en los países menos adelantados.